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La noción de ideología en el discurso de William H. Riker y Douglass C. North

Noé Hernández Cortez

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

RESUMEN En el presente artículo argumento que una forma de estudiar la noción de ideología en el discurso de la ciencia política es a través de los supuestos epistemológicos de la idea de racionalidad. Por lo general, los estudios de carácter empírico asumen la idea de racionalidad, sin hacer explícitos los supuestos epistemológicos que la sustentan. En ese sentido, exploramos la noción de ideología en William H. Riker y Douglass C. North, a partir de los supuestos epistemológicos de la idea de racionalidad que asumen ambos autores. Concluimos con unas reflexiones finales sobre la relevancia que los autores aquí estudiados le dieron al estudio de la ideología como parte del programa de investigación en la ciencia política.

Palabras claves: ciencia política, discurso, racionalidad, ideología.

Introducción

Nuestro estudio pretende realizar una aproximación a  los supuestos epistemológicos de la idea de racionalidad en William H. Riker y Douglass C. North. Y a partir de su idea de racionalidad comprender su noción de ideología. Para ello iniciamos con una idea básica de epistemología. De acuerdo con el Diccionario histórico de la lengua francesa, el término epistemología designa “el estudio crítico de las ciencias, dirigido a determinar su valor, su fundamento lógico y su campo de acción”.[1]  Así, mostramos que tanto Riker como North consideraron relevante estudiar la ideología, pues consideraban que la ideología era un tema central en la ciencia política y tema de reflexión normativa en la teoría política.

Una tradición epistemológica de la ciencia política es la que se le identifica con el análisis de la política a través de los supuestos teóricos de la economía. Esta tradición tiene como rasgos distintivos sustentarse en el pensamiento deductivo y el uso de modelos formales ambos basados en la matemática. Philipe C. Schmitter ubica en esta tradición a Anthony Downs, Thomas Schelling, Howard Raifa, Kenneth Arrow, Douglass C. North, Mancur Olson, Gary Becker, George Stigler, James Buchanan y William H. Riker.[2]

El primer punto a destacar es que William H. Riker y Douglass C. North pertenecen a la misma tradición epistemológica. Ambos autores en el desarrollo de sus trabajos teóricos construyeron una idea de racionalidad, Riker construyó una idea de  razón instrumental cuya tradición es el pensamiento deductivo de carácter axiomático; y North anclado en una idea de racionalidad construida a partir de los aportes de la ciencia cognitiva.

Para fines de nuestro trabajo nos concentraremos en la noción de ideología de Riker en su idea de Herestética en donde se concibe a los actores políticos en un escenario de juegos estratégicos-ideológicos; y en North nos concentraremos en su idea de ideología en un escenario de “incertidumbre”.[3]

La razón instrumental en Riker.

En 1954 Riker estudia el trabajo de Shapely y Martin Shubik, titulado A method for evaluating the distribution of power in a committee system.[4] El trabajo impresionó sobremanera a Riker, principalmente por el uso del método matemático para medir el poder político (power index). Producto de esta lectura Riker da inicio a construir un método basado en el razonamiento deductivo análogo al de la matemática. En un par de papers publicados en el Journal of Philosophy emprende su tarea de definir conceptos para estudiar la acción de los actores.[5] Lo que llama la atención en estos trabajos es la precisión axiomática con que define sus conceptos de eventos, situaciones y causas de eventos. Apoyado en la epistemología de Bertrand Russell,[6] Riker consideraba la acción de los actores dentro de un continuo espacial y temporal. De esta manera, para precisar el estudio de la acción de los actores es como concibió la idea de que los eventos se mueven dentro de un continuo entre la situación inicial y situación terminal. Así un evento es “el movimiento y la acción que transcurre entre una situación inicial y una situación terminal, en la que sólo los movimientos y los actores de la situación inicial (o los componentes en los cuales ellos están subdivididos o el constructo en el cual ellos están formados en el curso del evento) son incluidos en la situación terminal”.[7]

Bajo este enfoque, Riker pretendía fundamentar todas sus observaciones en axiomas, similar al procedimiento formal del método deductivo de la geometría clásica euclidiana. En esta primera etapa el discurso de Riker pretende explicar los procesos políticos en lenguaje matemático. Para él la teoría conformada de premisas generales se tenía que verificar en los hechos. En este horizonte epistemológico se empieza a formular una teoría política positiva, “poniéndose énfasis en el individualismo metodológico, los micro-fundamentos, teoría de juegos, modelos espaciales, pensamiento axiomático en el tratamiento de la acción racional y generalización de los resultados Condorcet”.[8] Y es que para Riker las proposiciones se sustentan en valores de verdad – falso o verdadero – como Bertrand Russell había pensado su teoría lógica-matemática.

 James Bohman argumenta que los científicos sociales adheridos a la teoría de la elección racional buscan una teoría que unifique la conducta social a partir de determinados principios generales. No obstante, el problema que se les plantea a los científicos sociales adherentes a la teoría de la elección racional es el problema de la cooperación social, pues el análisis de la elección racional pone énfasis en la investigación de la suma de agregación de preferencias individuales. Siguiendo a Bohman considera que la elección racional es una teoría que tiene carácter explicativo pero solo bajo ciertas condiciones restrictivas.[9]

Riker tomaba la hipótesis de racionalidad de los trabajos de los economistas, principalmente de Anthony Downs, Black, Buchanan, Tullock, Olson y Niskanen. La hipótesis de racionalidad para Riker consiste en asumir que así como en los asuntos privados en el intercambio de bienes y servicios prevalecen las acciones de los individuos por perseguir costos-beneficios, así también en el ámbito político los votantes, legisladores y burócratas actúan teniendo en cuenta los costos-beneficios que sus acciones representen.[10] El propio Riker hablaba de la ciencia política como “la ciencia de la conducta humana”.[11] En ese sentido una ciencia de la conducta humana requería de una teoría política positiva  fundamentada en el uso de un método formal-positivo, en palabras de Riker: “Por formal, me refiero al uso de los símbolos de la teoría algebraica, en lugar de símbolos verbales. Por positivo, me refiero al uso de expresiones descriptivas en lugar de propuestas normativas.”[12] Y agrega Riker:

Visualizo el desarrollo de la ciencia política como un cuerpo de teoría…similar al de la teoría neoclásica de los valores económicos. Parece ser que cierto número de proposiciones de la teoría matemática de juegos puede ser el fundamento para la teoría política. Por tal razón, mi principal interés en la actualidad es usar la teoría de juegos para la construcción de la teoría política.[13]

Tenemos así una construcción epistemológica en Riker de racionalidad acompañada de un método axiomático que fundamenta el aparato teórico de la ciencia política.

La Herestética[14] y la ideología

En su trabajo de 1980 titulado Implications from the Disequilibrium of Majority Rule for Study of Institutions[15] , Riker traza como tradiciones metodológicas de la ciencia política dos horizontes culturales: 1) el estudio sobre las instituciones proviene de la cultura griega y converge en la Ilustración, los representantes claves son Aristóteles y Montesquieu; 2) la herencia cristiana provee la reflexión sobre las preferencias y los valores. Expone en una metáfora sugerente la idea de elección social, para ello Riker recurre al ensayo del poeta T.S. Eliot titulado The Idea of a Christian Society,[16] en donde enuncia que los valores cristianos se expresan como valores compartidos en las comunidades de la Edad Media, porque existe una coherencia de valores proporcionada justamente por la creencia colectiva en Dios.

El Riker de 1980 ha flexibilizado su idea de racionalidad y se aventura a pensar el mundo de los valores y preferencias en la arena política. Para Riker el estudio de la ideología en la ciencia política se encuentra en los análisis en tres campos, a saber: a) en la opinión pública, b) la socialización política y c) la representación. En la opinión pública se trata sobre los valores y las preferencias de los ciudadanos en materia política; en la socialización política se estudia como se crean los valores y las preferencias en la sociedad; y en la representación política se refiere a como las preferencias y los valores de los ciudadanos se traducen en decisiones públicas. Por otra parte, Riker observó en su estudio Implications from the Disequilibrium of Majority Rule for Study of Institutions que el desequilibrio de la regla de mayoría, no traduce coherentemente las preferencias individuales en decisiones colectivas, pues existe manipulación de las reglas.

La formulación de síntesis sobre la manipulación de las reglas de mayoría,  Riker la expone en un trabajo de 1984 titulado The Heresthetics of Constitution-Making: The Presidency in 1787, with comments on Determinism and Rational Choice.[17] Es precisamente la historia del Congreso norteamericano el laboratorio en donde Riker observa que los líderes políticos manipulan las reglas, es decir, ejercitan el arte de la Herestética. Así, los líderes políticos a través del discurso pueden imponer sus preferencias ideológicas que pueden ser coherentes o no con los de la mayoría, como hemos señalado Riker se apoya en la investigación histórica para argumentar el arte de la manipulación política, reinterpretando la historia legislativa de los Estados Unidos. En este estudio, por ejemplo, Riker de manera sistemática ordena los discursos de las diferentes posiciones políticas con respecto a la doctrina de separación de poderes. En el discurso de los políticos durante la Convención de 1787 se ponen en juego distintas posiciones estratégicas-ideológicas entre nacionalistas y separacionistas. Así el nacionalismo se identificaba con el ideal de la separación de poderes. En el discurso manipulador, es decir, el arte de la Herestética, James Wilson se pronunciaba a favor de la división de poderes en los siguientes términos: “Si es esencial para la preservación de la libertad que los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial sean independientes, es esencial para el mantenimiento de la libertad que los poderes sean independientes entre sí. El Ejecutivo debería ser independiente de la Asamblea Legislativa, para que no dependa de los caprichos de esta rama de poder”.[18]La ideología política de James Wilson quedó plasmada en la tradición constitucionalista de los Estados Unidos, y como observa Riker, en el argumento de la división de poderes que se encuentra en el Federalista No. 51 de Madison. [19]

Para 1986 Riker publica su obra titulada The art of Political Manipulation[20] en donde presenta de manera más acabada su idea de Herestética o el arte de la manipulación política. En el prefacio de esta obra el politólogo de la escuela de Rochester hace la distinción entre herestética, retórica y lógica. Riker consideraba que la herestética estaba ligada a la retórica que es el arte de la persuasión verbal, pero a diferencia de esta la herestética era el arte de la manipulación política, el discurso del emisor de la herestética induce de manera estratégica a formar alianzas y coaliciones. En cambio, la lógica es el estudio del valor de verdad de las proposiciones, es decir, establece racionalmente si una proposición es verdadera o falsa. De esta forma, la herestética es una nueva forma discursiva de estrategia política, agregando así esta modalidad discursiva a las clásicas formas discursivas de los griegos, cuya sistematización elegante se logró durante la edad media por medio de las artes liberales del trivium y el quadrivium. El trivium era conformado por la gramática, la dialéctica y la retórica; por otra parte, en el quadrivium se agrupaban las artes de la aritmética, geometría, astronomía y música. Riker siguiendo la tradición de las artes liberales del trivium señalaba que la herestética no era ciencia, sino un arte, el arte de la manipulación política.[21]

Es claro que para Riker la ideología política de los jugadores se impone por medio de la manipulación discursiva. La imposición de una ideología es por medio del arte discursivo. Aquí podemos hacer una observación pertinente: por lo general cuando se estudia a Riker se pasa por alto esta riqueza conceptual e histórica del autor, y sólo se detienen en sus argumentos más formales y axiomáticos, pero como hemos mostrado su interés por la ideología es a través del estudio de los juegos estratégicos-discursivos de los políticos ganadores, esta idea él la desarrollo en la arena legislativa, no obstante en otro libro póstumo sobre la retórica titulado The Strategy of Rethoric publicado en 1996, amplía su concepción de las artes discursivas en los juegos estratégicos, por ejemplo en las campañas electorales presidenciales en los Estados Unidos.[22]

Douglass C. North: Instituciones, Ideología y Desempeño Económico

El título del presente apartado dedicado a Douglass C. North es el nombre de uno de sus trabajos presentados en el CATO Institute. Instituciones, Ideología y Desempeño Económico[23] se publicó en 1992. Uno de sus argumentos centrales es la crítica que le hace a la teoría de la elección racional. De acuerdo con North, la teoría de la elección racional se apoya en los modelos neoclásicos. Los economistas neoclásicos modelan a partir de la hipótesis que asume al individuo como un ser racional aislado que ordena y clasifica sus preferencias, y siempre maximiza su utilidad al momento de elegir. Este individuo es racional y tiene información completa y se mueve en mercados competitivos perfectos. Pero no incluye instituciones, una variable fundamental dentro de la teoría de costos de transacción de Douglass C. North. La definición de institución que North nos proporciona es la siguiente: “las instituciones son las reglas de juego en una sociedad; más formalmente, son restricciones creadas por las personas para dar forma a la interacción humana”. [24] Y agrega: “De esta manera estructuran incentivos en el intercambio, ya sea político, social o económico. El cambio institucional da forma a la manera en que las sociedades evolucionan a través del tiempo y, de esta forma, es la clave para entender el cambio histórico”.[25] Es pertinente señalar que los argumentos centrales de North provienen de sus estudios históricos. En su autobiografía intelectual[26] señala que los instrumentos de la teoría neoclásica son limitados para explicar el cambio societal en Europa. Para ello North emprende su estudio histórico de larga duración – para usar el término del historiador francés Fernand Braudel -,[27] que comprende los cambios económicos de Europa desde la Edad Media hasta el mundo contemporáneo, este estudio dio origen a su libro Structure and Change in Economic History[28], el capítulo cinco de este libro lo dedica al estudio de la ideología.[29]

North argumenta que las teorías económicas que se aplican  a la realidad socio-económica son seleccionadas por sesgos ideológicos. Su argumento se apoya en el ensayo de Joseph Schumpeter, Science and Ideology,[30] la ciencia en ese sentido no está exenta de prejuicios de carácter ideológico. El argumento de la pretendida neutralidad ideológica de la ciencia económica como la llegaron a concebir los economistas neoclásicos se viene abajo. Desde otro ángulo, North toma del economista Frank H. Knight la distinción entre riesgo e incertidumbre. Knigth define el riesgo como la situación en donde la toma de decisiones se da en un contexto en donde la aleatoriedad con probabilidades son conocidas; la situación con incertidumbre se da en un contexto en donde la toma de decisiones se lleva a cabo con información aleatoria con probabilidades desconocidas. Por ejemplo, un inversor en la bolsa de valores toma decisiones con base en el riesgo. En el caso de la incertidumbre el hombre recurre a sus creencias, valores para darle sentido de seguridad a sus acciones. El ejemplo con que nos ilustra North es el de las religiones, el cristianismo es un conjunto de creencias que permite darle seguridad al hombre frente a la incertidumbre, es una especie de protección en el nivel de las creencias individuales. Es con la incertidumbre como aparecen las ideologías. El comunismo en la ex-URSS es un claro ejemplo de como la ideología comunista fue una religión secular anclada en la fe.[31] Cuando se le preguntó a Arrow – nos cuenta North- que si era posible introducir la incertidumbre a su teoría económica él contestó: “la teoría en este caso no podría ser formulada”.[32]

La incertidumbre es –por decirlo de una manera- contrarrestada por la ideología, y precisamente la variable ideología que no es tomada en cuenta en contextos de incertidumbre por los ortodoxos de la teoría de la elección racional. Para North las creencias son “una descripción de cómo las personas aprenden para ponerse al día y son también modelos del mundo en que ellos están inmersos”.[33] Así la variable ideología es parte de otro conjunto de variables que juegan un papel importante en el desempeño económico de un país. De acuerdo con North estas variables son:

1)      Primero está el costo de medir los atributos valuables de los bienes y servicios o el desempeño de agentes en intercambio. Los derechos de propiedad consisten en un puñado de derechos; al grado que no podemos medir precisamente los atributos valuables de los derechos que se intercambian, los costos de transacción y las incertidumbres asociadas con las transacciones crecen dramáticamente […];

2)      La segunda variable respecto al costo del proceso de intercambio es el tamaño del mercado, lo cual determina si se lleva a cabo un intercambio personal o impersonal […]

3)      La tercera variable es el cumplimiento. En un mundo de cumplimiento perfecto, idealmente, una tercera parte evaluaría de manera imparcial (y sin costo) las disputas y otorgaría compensaciones a la parte afectada cuando hubiese violación del contrato. El oportunismo y las trampas no valdrían la pena en esta clase de mundo, pero esta clase de mundo no existe. […]

4)      [cuarta variable] La ideología no sólo juega un papel esencial en las opciones políticas, sino también es clave para las decisiones individuales que afectan el desempeño económico. Las percepciones individuales sobre justicia y las reglas de juego obviamente afectan el desempeño […] la importancia de la ideología es una función directa del grado en que la medición y el cumplimiento de los contratos sean costosos. Si se puede medir y hacer cumplir los contratos a bajo costo, entonces hace muy poca diferencia el que la gente crea que las reglas del juego sean justas o injustas. Pero dado que la medición y el cumplimiento son costosos, la ideología es importante.

En ese sentido desde el punto de vista del desempeño económico la ideología juega un papel vital pues contrarresta la incertidumbre. En otros términos, la ideología es una variable explicativa del desempeño económico de un país, pues simplifica la toma de decisiones al tener un entorno de incertidumbre.

Modelos subjetivos e ideología

 Otra tarea que se propone Douglass C. North es realizar una crítica a la teoría política sustentada en la teoría de la elección racional. Como hemos señalado, para North el supuesto de racionalidad de la teoría de la elección racional proviene de los supuestos de la teoría de la economía neoclásica. La racionalidad instrumental supone que los individuos “poseen modelos correctos para interpretar el mundo que los rodea”.[34] La crítica que sostiene North procede de las aportaciones epistemológicas sobre la conducta humana que aporta la ciencia cognitiva. Su crítica principal a la noción de razón instrumental la toma de un argumento de Herbert Simon:

Si aceptamos los valores como dados y constantes; si postulamos una descripción subjetiva del mundo tal cual es; y si suponemos que la capacidad de procesamiento del decisor es ilimitada, entonces se siguen dos consecuencias. Primero, no necesitamos distinguir entre el mundo real y la percepción que el decisor tiene de él: él o ella perciben el mundo tal cual es. Segundo podemos predecir las elecciones que hará un decisor racional solamente a partir de nuestro conocimiento del mundo real, sin conocimiento de la percepción del decisor o de su forma de cálculo (por supuesto, necesitamos conocer su función de utilidad).[35]

La propuesta de North es construir una teoría política desde la perspectiva de la teoría de costos de transacción. Esta teoría política se sustentaría en tres supuestos básicos: “1) la información es costosa, 2). Los actores usan modelos subjetivos para explicar su entorno, 3) los acuerdos se cumplen sólo imperfectamente (enforcement imperfecto)”. [36] Observemos que en esta definición North habla de “modelos subjetivos”, la razón es que el punto de partida para la crítica de la razón instrumental se encuentra en parte en los descubrimientos de la ciencia cognitiva sobre la conducta humana. En ese sentido, la ideología se entiende también desde los modelos subjetivos que conforman la estructura mental de los individuos. Desde esta perspectiva North argumenta que “la ideología se encuentra en el corazón de los modelos subjetivos que poseen los individuos para explicar el mundo que los rodea, y contienen un elemento normativo esencial. Esto es, las ideologías explican tanto cómo es el mundo y cómo debiera ser”.[37]Es así como North formula una nueva concepción de ideología para edificar una teoría política, que considere los modelos subjetivos como estructuras mentales que va más allá de la noción de racionalidad instrumental de la teoría de la elección racional. Las implicaciones de esta noción de ideología es que permite explicar en “estructuras organizadas” como las preferencias de los individuos se agrupan para conseguir bienes comunes. En la Edad Media la ideología de la religión expresaba un sentido de comunidad en el feudo, es decir, les proporcionaba una estructura organizada a los hombres, pero eso era posible porque los hombres de la Edad Media tenían modelos subjetivos en donde la creencia en Dios era algo dado. Con el advenimiento del mundo moderno se quebranta la estructura organizada de la religión en Europa, para decirlo metafóricamente con unos versos de T.S. Eliot:

Porque yo sé que el tiempo es siempre tiempo

y que el lugar es siempre y solamente un lugar

y lo que es actual lo es en cierto tiempo

y para un solo lugar

me alegro que sean así las cosas

y renuncia a la vez

a la sagrada faz y también a la voz

entonces, como no me es posible pensar que he de volver

me regocijo al tener que construir algo que me proporcione regocijo.[38]

Como el verso final expresa “me regocijo al tener que construir algo que me proporcione regocijo”, lo que se construyó en la incertidumbre de la modernidad fueron las ideologías políticas, religiones seculares que “proporcionan regocijos”. Así, las ideologías seculares se traducen en las corrientes liberales o conservadoras que sustentan el imaginario político de las democracias modernas.

Otra definición de ideología que proporciona North y que consideramos que aporta al debate de las ciencias sociales sobre la relación entre la agencia y la estructura es la siguiente: “la ideología es el esfuerzo intelectual por racionalizar los modelos de comportamiento de los individuos y los grupos”[39] En su ensayo  Shared Miental Models: Ideologies and Institutions[40] en colaboración con Arthur T. Denzau, North retoma su crítica a la idea de racionalidad instrumental de las teorías económicas neoclásicas, argumentando a favor de una racionalidad sustantiva que tome en cuenta que los individuos actúan de acuerdo con modelos mentales que conforman mitos, dogmas e ideologías.[41] En el trabajo conjunto con Denzau, North señala que los modelos mentales son en cierto grado de carácter individual, que en procesos de cambios históricos interactúan con las ideologías y las instituciones.[42]

Reflexiones finales

Nuestra exposición aquí presentada sobre la noción de ideología a partir de la construcción epistemológica de racionalidad en William H. Riker y Douglass C. North pretendió ser una aproximación de carácter exploratorio. Nuestro interés fue mostrar que los supuestos de racionalidad que se asumen como algo dado en los trabajos empíricos tienen una construcción epistemológica muy rica y vasta en William H. Riker y Douglass C. North.

Por lo general, los politólogos asumen supuestos sin hacer una revisión crítica para comprender desde que ángulo epistemológico se está analizando el objeto de estudio. Nuestro trabajo quiso aportar esa construcción epistemológica de la que habla Rolando García con respecto a la propia construcción epistemológica que hace de su maestro Jean Piaget. Por supuesto, nuestro trabajo tiene  limitaciones en el sentido de que se tomaron solo ciertas obras representativas de los autores aquí estudiados, pero consideramos que es un buen inicio para colocar como tema de investigación la construcción epistemológica en autores claves de la ciencia política, eso permitiría complejizar los conceptos que comúnmente usamos en la operacionalización de  la investigación empírica.

Por otra parte, encontramos que en los dos autores  aquí estudiados –aunque con distintos recursos epistemológicos- consideraron la importancia de estudiar las ideologías en los programas de investigación empírica de la ciencia política. En el caso de Riker, por medio del arte de la Herestética, y actualmente North por medio de las aportaciones de la ciencia cognitiva a través de modelos mentales en entornos de incertidumbre. Asimismo, observamos que en ambos autores para emprender ese quehacer académico se basaron en el conocimiento profundo de la ciencia y de la historia. En William H. Riker la historia política y en Douglass C. North en la historia económica. Ambos autores han realizado aportaciones que han cambiado paradigmas en el estudio de la ideología y la han colocado como tema de interés en la investigación de la ciencia política y  la teoría política.

Finalmente, nuestro trabajo pretendió contribuir al estudio de la ideología como algo vivo en “redes de familia” como le llamó Ludwig Wittgenstein, huyendo de los estudios esencialistas sobre ideología.

Notas y referencias

[1] Tomamos la idea básica de epistemología de Rolando García, quien distingue entre “teoría del conocimiento” y “epistemología”. Según Rolando García esta distinción tiene razones históricas, pues la teoría del conocimiento se entendía como una rama de la filosofía especulativa, cuyo representante máximo fue Emanuel Kant, quien llegó a comprender la ciencia de Aristóteles, la geometría euclidiana y la física de Newton. Con el advenimiento de la lógica-matemática de Bertrand Russell y Alfred North Whitehead, la física cuántica de Max Planck, las geometrías no euclidianas de Bolyai y Lobatchewski, y la teoría de la relatividad de Einstein, se revolucionó el conocimiento científico. En este contexto histórico de la ciencia es que se empezó a emplear el término de epistemología para designar precisamente “el estudio crítico de las ciencias, dirigido a determinar su valor, su fundamento lógico y su campo de acción”. Véase, Rolando García, El conocimiento en construcción. De las formulaciones de Jean Piaget a la teoría de sistemas complejos (España: Gedisa, 2000).

[2]Philippe C. Schmitter, “The Nature and Future of Comparative Politics”, European Political Science Review, 1 (2009), pp. 33-61.

[3] William H. Riker desarrolló su idea de Herestética en “The Heresthetics of Constitution-Making: The Presidency in 1987, with comments on Determinism and Rational Choice”, American Political Science Review, 1(1984), pp. 1-16; The art of political manipulation (New Haven and London: Yale University Press, 1986); Liberalism against Populism (Illinois: Waveland Press, 1982). Douglass C. North abordó su concepción de ideología en su libro Institutions, Institutional Changed and Economic Performance (USA: Cambridge University Press, 1993), pp. 17-26. Sobre el surgimiento de las ideologías en escenarios de “incertidumbre” North seguía el trabajo de Frank H. Knight titulado Risk, Uncertainty and Profit (Boston: Houghton Mifflin Company, The Riverside Press, Cambridge, 1921), la versión electrónica del libro se encuentra en el sitio http://www.econlib.org/library/Knight/knRUP.html

[4] El paper de L.S. Shapley y Martin Shubik es breve apenas 6 cuartillas en donde aplican “un método a priori  para evaluar la división de poder entre los varios cuerpos y miembros de las legislaturas y comisiones legislativas”. De esta manera, L.S. Shapley y Martin Shubik presentaban una herramienta matemática para medir el poder político. Véase, L.S. Shapley y Martin Shubik, “A Method for Evaluating the Distribution of Power in a Committee System “, The American Political Science Review, 3 (1954), pp. 787-792.

[5] Véase, William H. Riker, “Events and Situations”, The Journal of Philosophy, 3(1957), pp. 57-70; William H. Riker, “Causes of Events”, The Journal of Philosophy 7(1958), pp. 281-291.

[6] Sobre el tratamiento que Bertrand Russell le da al problema del continuum y su conexión con el tiempo, el espacio y el movimiento, véase, The Philosophical Importance of Mathematical Logic, sitio electrónico: http://www.marxists.org/reference/subject/philosophy/works/en/russell.htm

[7] William H. Riker, “Events and Situations”, The Journal of Philosophy, 3(1957), p. 61.

[8] Aquí nos apoyamos en la excelente biografía intelectual sobre la evolución académica de William H. Riker, escrita por Bruce Bueno de Mesquita y Kenneth Shepsle, William Harrison Riker 1920-1993 (Washington: The National Academy Press, 2001).

[9] James Bohman, “The Limits of Rational Choice Explanation”, en Rational Choice Theory. Advocacy and Critique (London: Sage, 1992), pp. 207-228.

[10] Josep Colomer en sus Lecturas de Teoría Política Positiva  ubica su concepto de racionalidad como un componente del método y no como una construcción epistemológica, esto es, asume su concepto de racionalidad como algo dado. Señala Colomer: “El cálculo que se supone que conduce a la elección individual entre alternativas disponibles requiere que los hombres y las mujeres tengan una capacidad intelectual de deliberación y coherencia; es decir, de racionalidad” Josep Colomer, Lecturas de Teoría Política Positiva (Madrid: Instituto de Estudios Fiscales, 1991), p. 14. El Colomer de las Instituciones Políticas flexibiliza esta idea de racionalidad a la luz de la Teoría de la Elección Social en donde expone las “condiciones normativas” de la elección social: “1) aceptar la monotonicidad, es decir, renunciar a que exista una relación coherente entre las preferencias de los ciudadanos y la elección social; 2) aceptar que la elección social depende de preferencias individuales sobre alternativas irrelevantes que no pueden ganar la votación, y 3) una nueva interpretación de la condición inicialmente llamada ‘ausencia de dictadura’ para hacer aceptable la existencia de un actor (no automáticamente) decisivo”, Josep M. Colomer Instituciones Políticas (Barcelona: Ariel, 2007), p. 17; Para una exposición puntual sobre la discusión teórica de los supuestos de la elección racional y la elección social desde la perspectiva de la Teoría de la Elección Pública véase Gisela Zaremberg “La Teoría de Elección Pública ¿una teoría del desencanto?” en Documentos de Trabajo Flacso-México, 2(2008).

[11] Kellie Maske y Garey Durden, “The contributions and impact of Professor H, Riker” Public Choice 117(2003), p. 200.

[12] Bruce Bueno de Mesquita y Kenneth Shepsle, William Harrison Riker 1920-1993 (Washington: The National Academy Press, 2001), p. 8.

[13] Ibídem.

[14] En el presente trabajo nos decidimos por la palabra Herestética como traducción de Heresthetics que emplea William H. Riker.

[15] William H. Riker, “Implications from the Disequilibrium of Majority Rule for Study of Institutions” en The American Political Science Review 74 (1980) pp. 432-446.

[16] El poeta Thomas Stearn Eliot al realizar una reflexión sobre el mundo moderno se inspiraba en la obra de Dante Alighieri. Para Dante el mundo medieval está en orden de acuerdo con los “cielos” simbolizados por las órbitas de los planetas. Así, influido por Dante Alighieri, T.S. Eliot publica su ensayo The Idea of a Christian Society, el ensayo se encuentra en el siguiente sitio electrónico: http://www.questia.com/library/book/the-idea-of-a-christian-society-by-t-s-eliot.jsp . Agregaríamos que Riker tenía una vasta cultura, algo poco común entre los politólogos, de ahí su conocimiento de la cultura clásica y su conocimiento de la historia política.

[17] William H. Riker, “The Heresthetics of Constitution-Making: The Presidency in 1787, with Comments on Determinism and Rational Choice”, en The American Political Science Review, 1(1984), pp. 1-16.

[18] Ibídem, p. 5

[19] Ibid.

[20] William H. Riker The Art of Political Manipulation, (New Haven and London: Yale University Press, 1986).

[21] Para Riker la práctica discursiva de la Herestética  no es ciencia, sino más bien un arte consistente en inducir por medio de la persuasión a la toma de una posición ideológica.

[22] En México quien ha trabajado bajo el modelo de la herestética y la retórica de Riker es el investigador Alejandro Moreno, profesor del ITAM. Véase, Alejandro Moreno, “Negative Campaigns and Voting in the 2000 Mexican Presidential Election”, en Working Papers On Political Science 2(2002), pp. 1-42. Otro estudio interesante sobre los discursos ideológicos de la política de alimentos en Inglaterra en 1846 es el trabajo de Iain Mclean titulado Irish Potatoes, Indian Corn, and British Politics: interests, Ideology, Heresthetics, and the Repeal of the Corn Laws, versión electrónica en: http://www.nuff.ox.ac.uk/Users/McLean/IRISHpo5.PDF

[23] Douglass C. North, “Instituciones, Ideología y Desempeño Económico” en Cato Journal, 1992.

[24] Ibídem, p. 1

[25] Ibid.

[26] Notas sobre la autobiografía intelectual  de Douglass North se encuentran en el sitio electrónico: http://nobelprize.org/nobel_prizes/economics/laureates/1993/north-autobio.html

[27] El historiador francés Fernand Braudel fue el fundador de la escuela francesa de historiografía los Annales. Braudel usó el término larga duración para dar a entender los elementos que dentro de  los procesos históricos  permanecen en el tiempo, en su libro clásico El Mediterráneo y el mundo del Mediterráneo en la Época de Felipe II, editado por el Fondo de Cultura Económica, es la historia de larga duración de los intercambios comerciales y culturales que se dieron en el Mediterráneo, en esta obra el personaje central es precisamente el Mediterráneo.

[28] Douglass C. North Structure and Change in Economic Theory (New York y London: Norton and Company, 1981).

[29] Ibídem, p.45-58.

[30] Science and Ideology es un breve ensayo en donde Schumpeter demuestra que la economía como ciencia no está exenta de la ideología, Véase, Joseph Schumpeter, “Science and Ideology” en American Economic Review, 1949.

[31] El filósofo polaco Leszek Kolakowski en su brillante libro Las principales corrientes del marxismo editado por Alianza Editorial en tres volúmenes, le da un tratamiento similar al de North: la ideología del comunismo fue una fe secular.

[32] Douglas North, “Economics and Cognitive Science”, St. Luis: Washington University.

[33] Ibídem, p. 1.

[34] Douglass North, “Una teoría política basada en el enfoque de los costos de transacción” en  La Nueva Economía Política. Racionalidad e Instituciones, Saiegh y Tommasi (Buenos Aires: Eudeba, 1998), pp. 97-112.

[35] Ibídem, p. 98.

[36] Ibídem, p. 97

[37] Ibídem, p. 107

[38] Fragmento del poema de Thomas Stearn Eliot titulado Miércoles de Ceniza, este poema se encuentra en el sitio electrónico: http://amediavoz.com/eliot.htm#3.%20EL%20SERMÓN%20DEL%20FUEGO

[39] En  Mythology, Ideology and politics de Cyril Morong. Este paper se encuentra en el sitio electrónico: http://cyrilmorong.com/MythIdeology.doc.

[40] Arthur T. Denzau y Douglass C. North, “Shared Mental Models: ideologies and Institutions”, Center for Politics and Economics y Center for Study of Political Economy.

[41] El término de “modelos mentales” es tomado de la ciencia cognitiva. Uno de los temas centrales de la ciencia cognitiva es el de la conciencia. John R. Searle ha escrito al respecto: “De las teorías neurobiológicas que he llegado a conocer, la elaborada de modo más impresionante, la más profunda es la de Gerald Edelman. Los dos libros que aquí discuto son el tercero y el cuarto de una serie que se inició con Topobiología y Darwinismo neural. La intención de la serie es construir una teoría global del cerebro que sitúe la ciencia del cerebro en relación con la física y la biología evolucionista. El meollo de la serie es la teoría de la conciencia expuesta en […] ‘El presente recordado’ y resumida en […] ‘Aire claro, fuego brillante’”, John R. Searle, “El misterio de la conciencia” en Vuelta 232 (1996), p. 13.

[42] Ibídem, p.11.

En documento: La noción de ideología en el discurso de William H. Riker y Douglass C. North


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