Nobel de economía 2009: premio a la “<b>nueva economía institucional</b> <b>...</b>

A. BOLAÑOS - Madrid

Nobel_economia2009 Nacido en Estados Unidos y hombre. Desde que se instituyó el Nobel de Economía, en 1969, sólo 20 de los 60 premiados se habían saltado la primera condición. Y ha habido que esperar 40 años para que el galardón recayera en una mujer. La Real Academia de Ciencias de Suecia anunció ayer la concesión del premio a Elinor Ostrom, de 76 años, que comparte el galardón con Oliver Williamson, de 77 años. A ambos se les reconoce por sus investigaciones sobre cómo se decide en las organizaciones sociales, aunque desde campos bien distintos. Y, eso sí, ambos son estadounidenses.

La edición de 2009 completa así un elenco de premiados llamativo. A la sorpresa de la concesión del Nobel de la Paz al presidente de EE UU, Barack Obama, se suma que hay cinco mujeres entre los galardonados, lo que también ocurre por primera vez.

Ni Ostrom ni Williamson estaban este año en las quinielas. En el caso del profesor de la Universidad de Berkeley (California), también había cuentas pendientes. En 1991, el Nobel de Economía reconoció el trabajo de Ronald Coase, por formular la teoría de los costes de transacción y su importancia en la creación de grandes compañías. Pero muchos expertos atribuyen a Williamson el desarrollo de la teoría y su aplicación al funcionamiento interno de las empresas.

"Hay que tomar este premio como un reconocimiento a la economía de las instituciones", dejó escrito ayer en su blog Paul Krugman, ganador del Nobel de Economía en 2008, en un intento de conciliar las investigaciones de los dos galardonados. Pero el propio Krugman, como otros reputados economistas, reconocía no estar familiarizado con los estudios de Ostrom.

El trabajo de la profesora de la Universidad de Indiana es mucho más conocido en el ámbito de la ciencia política y el medio ambiente. Su obra se ha centrado en estudiar la gestión de la propiedad común, lo que la conecta de forma casi inmediata con la candente cuestión del uso de los recursos naturales. Ante la corriente de pensamiento imperante que descalificaba la gestión comunal de bancos de pesca, bosques o reservas de agua, Ostrom opone un ingente trabajo de campo que demuestra que la privatización o la gestión pública no son siempre las mejores alternativas.

La investigadora estadounidense ha estudiado decenas de casos en los que comunidades locales, cuando se han organizado en instituciones con reglas claras, tienen una autoridad colectiva legitimada y mecanismos de castigo para los que se salten las normas, logran una gestión eficaz y sostenible de esos recursos. Y que esas experiencias perviven durante décadas. "Hemos visto que los gestores externos muchas veces no disponen de la información sobre los recursos que tienen los usuarios directos, ojalá esto refuerce el sentido de capacidad y poder en los ciudadanos", dijo ayer Ostrom tras conocer la concesión del Nobel. "Estoy sorprendida por el premio y muy honrada", añadió.

El trabajo de Williamson se ha desarrollado en un ámbito muy diferente: la organización empresarial. Williamson ha analizado por qué las relaciones económicas con costes de transacción muy complejos son más fáciles de gestionar dentro de una empresa que en el mercado. Y también cómo influye las relaciones jerárquicas dentro de las grandes compañías en la resolución de conflictos. Sus estudios ayudan a definir cuándo la organización empresarial se hace tan compleja e ineficaz que aconseja externalizar ciertas actividades.

Otro ganador del Nobel de Economía, Robert Solow (premiado en 1987), citó la crisis financiera cuando la agencia Bloomberg le pidió que explicara con un ejemplo alguna aplicación práctica de la obra de Williamson: "Su trabajo puede y debe servir para cuestionar cómo funcionaban los grandes bancos de inversión y cómo ese funcionamiento llevó a lo que, en retrospectiva, resultó ser un comportamiento muy estúpido y arriesgado".

Elinor Ostrom y Oliver Williamson compartirán el Premio Nobel de Economía de 2009 y, por tanto, su dotación económica (10 millones de coronas suecas, casi un millón de euros). Sus estudios también parten del mismo origen, el análisis del funcionamiento de las organizaciones, para luego desembocar en áreas de investigación muy diferentes. Sus currículos desvelan otro punto en común: Valencia.

En su exhaustiva investigación sobre comunidades locales exitosas en la gestión de recursos naturales escasos, Ostrom resalta el ejemplo del Tribunal de las Aguas de Valencia, un jurado formado por regantes de ocho acequias que resuelve cada semana los conflictos sobre el uso de agua desde hace cientos de años. Y Williamson fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Valencia en 2004.

Otra coincidencia. Las principales obras de Ostrom (El gobierno de los bienes comunes) y Williamson (Las instituciones económicas del capitalismo) han sido publicadas en español por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica.

EL PAIS.COM

ELINOR OLSTROM GANO EL PREMIO EN ECONOMIA, JUNTO A OLIVER WILLIAMSON

Por primera vez en la historia una mujer recibirá el galardón de la Academia Sueca en Economía. Es una estadounidense que investigó sobre las fallas del mercado. Lo comparte con otro economista de ese origen que avanzó en el mismo campo.

El Nobel de Economía fue para dos investigadores estadounidenses, entre ellos una mujer, la primera en la historia en recibir el premio. Se trata de Elinor Olstrom y Oliver Williamson, quienes obtuvieron el galardón por sus trabajos en el análisis de las fallas e imperfecciones del mercado. “Ambos investigaron cómo otras fuerzas, más allá del mercado, pueden aportarnos una cooperación organizada”, afirmó Mats Persson, miembro del comité sueco que otorga el premio. La elección de los ganadores refleja el cambio de aire a partir de la crisis internacional, que puso en cuestión el pensamiento económico dominante de las últimas dos décadas. Olstrom se destaca en el campo de la Nueva Economía Institucional. Sus estudios se basan en la acción colectiva, la evolución de las instituciones y su supervivencia a largo plazo. Williamson es un teórico del nuevo institucionalismo y autor del concepto de “mecanismos de gobierno”, para referirse a sistemas de control del riesgo asociado a cualquier transacción.

“Estoy conmocionada”, confesó Olstrom luego de enterarse de que la Real Academia Sueca de Ciencias la había distinguido con el Nobel en Economía, junto a su colega Williamson. La ganadora aseguró que los resultados de sus estudios pueden ser utilizados hoy en la lucha contra los problemas medioambientales. En sus trabajos plantea que ante situaciones de abuso dominante de los recursos humanos, “hay que llegar a soluciones alternativas a las planteadas por los teóricos del Estado o de la privatización”. “Estas no son las únicas vías para resolver los problemas que enfrentan quienes se apropian de recursos de uso común”, según sus conclusiones.

La economista propone un juego donde es posible establecer contratos vinculantes entre todos los participantes. Como regla se obliga a “cumplir de manera infalible” con los acuerdos iniciales y con estrategias de cooperación formadas por ellos mismos. Los resultados de sus modelos permitieron inferir acerca de la necesidad de contar con una estructura institucional, y sostiene que “el interés propio de los que negociaron el contrato los conducirá a supervisarse mutuamente y a reportar las infracciones observadas, de modo que se hace cumplir el contrato”. La Real Academia sueca consideró que sus trabajos demostraron “cómo organizaciones de usuarios pueden gestionar con éxito la propiedad pública”.

Olstrom es politóloga y economista. Nació en 1933, se doctoró en ciencia política en UCLA en 1965 y desde 1966 es profesora en la Universidad de Indiana. Fue la primera en poner el acento en la gestión de recursos comunes que “no pertenecen a nadie y que deben ser administrados colectivamente, como el agua, los bosques, las reservas de ganadería o el pescado”, señaló Martine Antona, economista del Centro de Cooperación Internacional de Investigación Agronómica para el Desarrollo (Cirad).

Por su parte, Williamson, nacido en 1932, está doctorado por la Carnegie Mellon University en 1963, y actualmente es profesor de Economía y leyes en la Universidad de California en Berkeley. Sus campos principales de investigación son la economía de las instituciones, la estrategia de las organizaciones, la burocracia, la política y los costos de transacción. “Sus trabajos pueden servir de estructura para la resolución de conflictos”, subrayó la Real Academia.

En sus investigaciones, Williamson constató que las transacciones que se desarrollan en el mercado pueden generar importantes costos vinculados sobre todo a los desacuerdos y conflictos que surgen. De acuerdo con su teoría de los “costos de transacción”, una empresa puede salir beneficiada a nivel financiero dando preferencia a las alianzas a largo plazo, que pueden permitir resolver discrepancias a través del contrato, y abandonando las operaciones a corto plazo efectuadas en mercados con múltiples actores. Su trabajo no parte de la idea de que los mercados son perfectos y se autorregulan, por el contrario, parte de sus fallas. “Se puede pensar que sus conclusiones son una reacción a los problemas que surgieron en los mercados financieras debido a la crisis económica mundial actual”, dijo Landi Gabel, investigador del Instituto Internacional Insead de Fontainebleau y antiguo alumno de Williamson.

Los dos economistas recibirán 10 millones de coronas suecas, equivalente a 1,4 millón de dólares. El premio fue dominado ampliamente por los estadounidenses desde su creación. El año pasado fue otorgado al también estadounidense Paul Krugman.

Página/12

Premio por escudriñar las instituciones del mercado

Premio por escudriñar las instituciones del mercado. La estadounidense Elinor Ostrom. – BLOOMBERG

C. G. A. – Madrid – 13/10/2009

Las pequeñas sociedades que se autogestionan y las empresas son realidades económicas con funcionamiento interno propio, y el estudio de las mismas ha valido el premio Nobel de economía a los dos ganadores de este año: Elinor Ostrom (la primera mujer que lo logra) y Oliver Williamson, ambos estadounidenses.

La elección de la Real Academia Sueca de las Ciencias es relativamente sorprendente, porque las apuestas por los ganadores estaban 21 a 1 en el caso de Williamson y 51 1a 1 en el caso de Ostrom. Ha optado por dos investigadores que se alejan de los temas financieros y bursátiles. Williamson, profesor de la Universidad de California en Berkeley, está considerado uno de los fundadores de la economía organizacional, el estudio de cómo las instituciones se crean y se desarrollan, y su impacto en el crecimiento económico.

Su trabajo sugiere que es mejor regular las grandes compañías que intentar dividirlas en varias o controlar su tamaño. El Nobel de 1987 Robert Solow, profesor emérito de MIT, declaró ayer a Bloomberg que "se puede y se debe interpretar el trabajo de Williamson como una manera de abordar la pregunta de cómo trabajan los grandes bancos de inversión y cómo eso ha llevado a lo que retrospectivamente suena muy estúpido y arriesgado", señaló Solow.

Transacciones complejas

Williamson se propuso aclarar por qué algunas transacciones ocurren en las empresas y no en los mercados, y concluyó que las organizaciones jerárquicas emergen cuando las transacciones son complejas y las partes son interdependientes. Según la Academia, encontró que las grandes corporaciones existen, en primer lugar, porque son eficaces y benefician a dueños, trabajadores, proveedores y consumidores, pero que pueden abusar de su poder y deben ser reguladas.

El ganador del Nobel, de 77 años, trabajó en el departamento de competencia de la justicia estadounidense en 1966 y 1967, y ha descrito sus análisis como una mezcla de los extremos de la ciencia social y la teoría económica abstracta.

Su trabajo ha influido desde la fórmula de la desregulación de la electricidad en California hasta la gestión de personal en empresas tecnológicas. También ha ayudado a las empresas a determinar cuándo conviene externalizar una tarea.

La profesora de la Universidad de Indiana Elinor Ostrom, especializada en medioambiente, ha mostrado que en ocasiones los grupos informales de personas pueden manejar recursos naturales como bosques y lagos mejor que el Gobierno y las empresas. Analizando propiedades comunales de bancos pesqueros, pastos y aguas, por ejemplo, Ostrom concluyó que los resultados son con frecuencia mejores de lo que predicen las teorías estándares y que los usuarios desarrollan mecanismos sofisticados y para tomar decisiones y reforzar las reglas al tratar conflictos de intereses.

A cambio, las reglas impuestas desde el exterior tienen menos legitimidad y hay mayor probabilidad de que sean violadas. Para que funcione el autogobierno la participación activa de los miembros del grupo es esencial.

La doctora en políticas, de 76 años, declaró ayer tras conocer el premio que se considera una "economista política", y que su trabajo debería animar a los ciudadanos a darse cuenta de que tienen capacidad y poder más allá de las burocracias que les gobiernan.

Sobre el calentamiento global, explicó que aunque es importante un acuerdo internacional, "podemos dar pasos a nivel familiar y comunitario". Ostrom presidió la Asociación Americana de Ciencia Política en 1996 y 1997.

Estados Unidos es un año más la cuna de los ganadores del Nobel de economía. La gran novedad es que se lo ha llevado una mujer, ex aequo con un hombre, algo que no había ocurrido desde que el Banco de Suecia instauró el premio, en 1969. Ya son 66 los galardonados del único de los seis premios que se entregan que no está incluido en el testamento de Alfred Nobel.

De los doce premiados este año por la Real Academia de las Ciencias de Suecia, cinco son mujeres: las estadounidenses Elizabeth Blackburn y Carol Greider (junto con Jack W. Szostak, premios de Medicina), por sus estudios sobre el envejecimiento de las células y su relación con el cáncer; la israelí Ada E. Yonath (Nobel de Química con Venkatraman Ramakrishnan y Thomas A. Steitz), por mostrar el aspecto y funcionamiento de los ribosomas; la escritora german-alemana Hertha Müller, y Elinor Ostrom. Desde 1901 se ha galardonado a 801 personas, de las cuales 40 pertenecen al sexo femenino.

Con el anuncio de ayer se cierran los premios Nobel de este año, que se entregarán el 10 de diciembre en sendas ceremonias en Estocolmo y Oslo (el de la Paz). Cada premio está dotado con 980.000 euros.

www.cincodias.com

por Juan Ignacio Sanz

La Real Academia Sueca de las Ciencias hacía público en el día de ayer el nombre de los galardonados con el Premio Nobel de Economía del año 2009. Un Premio Nobel que, a diferencia de los restantes, fue instaurado por el Banco Central de Suecia en memoria de Alfred Nobel como prueba del reconocimiento perpetuo por el Banco a su figura y aportación.

Motivo bastante para tener servida la polémica a la hora de conocer el resultado de la decisión.

Este año, en contra de las previsiones y expectativas creadas a su alrededor, el galardón recaía en dos personalidades norteamericanas: la politóloga Elinor Ostrom, de la Universidad de Indiana, y el economista Oliver E. Williamson, de la de Berkeley. Dos personalidades de diferente formación y procedencia académica, la una vinculada al campo de la ciencia política y el otro al de la economía, a pesar de lo cual ambos comparten un mismo denominador en común, como es el reconocimiento de la importancia de la organización económica (economic governance) en las distintas instituciones, mercado, empresas y gobierno político, a través de las cuales tiene lugar la organización de las relaciones sociales entre los hombres.

Efectivamente, ambos participan de un mismo objetivo, como es el de la comprensión de las organizaciones sociales a partir del análisis de las realidades económicas a las que se enfrenta cada una de aquellas formas de organización. Y aunque lo hacen, como hemos dicho, desde dos ópticas bien distintas en origen, los dos mantienen conclusiones también complementarias a su vez.

Distintas, ciertamente, son las visiones de los dos. Por un lado, Williamson aborda la importancia que el grado de dependencia de los agentes entre sí desempeña ante una determinada transacción, considerando que a mayor complejidad y especificidad de los activos negociados, mayor tendencia habrá a su ejecución dentro del perímetro de una organización empresarial, por ser la que mejor resuelve los conflictos que se pueden ocasionar; mientras que la menor dependencia de los sujetos contribuye a su ejecución en el ámbito de un mercado más competitivo y ajeno a la institución empresarial.

Organización centenaria
Por su parte, la profesora Ostrom analiza distintas formas de gestión colectiva de recursos (Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Actions (1990), incluidas las desarrolladas a través de algunas formas de organización social de antigüedad centenaria que existen en el Levante español, y cuyos criterios de gestión demostraron ser muchos más eficientes que los propios de una gestión absolutamente privada o, alternativamente, centralizada en una autoridad estatal, lo bastante lejana como para desconocer las preocupaciones y necesidades de una concreta organización social.

Y complementarias, ciertamente, lo son también las preocupaciones de los dos, circunstancia que justifica la concesión conjunta del galardón. Así, Williamson se preocupa de la regulación de las transacciones económicas ajenas al mercado, encuadrables en un perímetro empresarial y carente muchas veces de regulación detallada, ya sea normativa o contractual; es decir, se preocupa de la empresa como mecanismo de resolución de conflictos. Y, a su vez, a Ostrom le obsesiona el problema de la coerción de las reglas aplicables a determinadas formas de auto organización que nada tienen que envidiar a otras formas públicas o privadas de gestión.

Con todo ello, los profesores Ostrom y Williamson conectan y contribuyen al reconocimiento de otro ilustre economista, Ronald Coase, que también fue galardonado con el Nobel de Economía en el año 1991 por sus trabajos sobre los factores determinantes del tamaño de la organización empresarial y, muy especialmente, su teoría de los costes de transacción, que culminarían en lo que hoy conocemos como Análisis Económico del Derecho.

En definitiva, un Nobel de Economía que pone sus conclusiones, en unión del Derecho, la Política y la Sociología, al servicio de una mejor comprensión y explicación de la organización social. Algo que no siempre es fácil de conjugar.

www.expansion.com

NOBEL-ECONOMÍA

Washington, 12 oct (EFE).- El estadounidense Oliver E. Williamson, referente de la nueva economía institucional, fue reconocido hoy con el Premio Nobel de Economía por su teoría sobre el papel de las empresas como estructuras para la resolución de conflictos y su exhaustivo análisis de las transacciones económicas.

Williamson, profesor emérito en la Universidad de California en Berkeley, ha argumentado que las organizaciones jerárquicas, como las empresas, representan estructuras de gobierno alternativo, que difieren en sus enfoques para la solución de los conflictos.

El galardonado, de 77 años, se propuso explicar por qué algunas transacciones ocurren dentro de las empresas y no en los mercados y concluyó que las organizaciones jerárquicas emergen cuando las transacciones son complejas o no estándares y cuando las partes son interdependientes.

El marco general establecido por Williamson ha demostrado que puede aplicarse para analizar todo tipo de contratos incompletos, desde los realizados entre miembros de un hogar a los contratos financieros entre empresarios e inversores.

Nacido en 1932, en Superior (Wisconsin), se licenció en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1955 y se doctoró en Economía en 1963 en la Universidad Carnegie Mellon.

Sus principales campos de investigación son la economía de las instituciones, la estrategia de las organizaciones, la burocracia, la política y los costes de transacción.

En 1960 realizó un Máster en Negocios en la Universidad de Stanford y durante su carrera ha sido un prolífico autor económico en el ámbito de los costos de las transacciones y las disciplinas afines.

Entre sus libros se encuentran: "Markets and Hierarchies: Analysis and Antitrust Implications", (1975); "The Economic Institutions of Capitalism", (1985); "The Nature of the Firm: Origins, Evolution, and Development" (1991) escrito con Sidney Winter; y "The Mechanisms of Governance",(1996).

Según la revista Forbes, el libro "The Economic Institutions of Capitalism" que escribió en 1975, fue un texto de referencia para el movimiento de la "nueva economía institucional" que cuestionó la idea de que las empresas sean sólo "máquinas" de producción de beneficios.

Williamson acuñó el concepto "mecanismos de gobierno" para referirse a los sistemas de control del riesgo asociado a cualquier transacción.

Desde 1997 es miembro de la Academia Estadounidense de Ciencia Política y Social y desde 1994 de la Academia Nacional de Ciencias. Además, forma parte de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias, desde 1983, y de la sociedad de Econometría, desde 1977.

En 1957 se casó con Dolores Celeni y tiene cinco hijos, Scott, Tamara, Karen, Oliver y Dean.

Williamson comparte el premio con la también estadounidense Elinor Ostrom, que se ha convertido en la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Economía, desde que se creó esta categoría en 1968.

La academia ha considerado que las teorías de ambos autores se complementan en el ámbito del análisis del gobierno económico y los límites de las empresas.

El año pasado, el ganador fue el estadounidense Paul Krugman, creador de nuevas teorías que integraron el comercio internacional y la geografía económica, además de prestigioso articulista y opositor a las políticas del ex presidente de EEUU George W. Bush.

El Premio Nobel de Ciencias Económicas fue creado en 1968 por el Banco Central de Suecia, que financia el premio, en memoria de Alfred Nobel.

La Real Academia Sueca de las Ciencias se encarga de entregar el premio que desde 1901 ha otorgado los Premios Nobel a las personas o instituciones que hayan realizado logros destacables en las áreas de Física, Química, Medicina, Literatura y la Paz.

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